Recuerdo hace mucho años cuando trabajaba en una oficina del Paseo del Pintor Rosales en Madrid que un compañero mío y yo acogíamos con júblilo la llegada de la primavera. Cuando el resto de los compañeros hacían cola en los restaurantes de menú de la zona nosotros corríamos Marqués de Urquijo hacia arriba y con los recién estrenados cheques-restaurante (por aquella época éramos pioneros en su uso) nos comprábamos toda una variedad de deliciosos sandwiches (algunos increíbles como pepinillo con crema de gambas) y nos íbamos resueltos y de punta en blanco a degustar de nuestro picnic a la sombra de algún frondoso aligustre.
Con lo que no contábamos es con el maletín reciclable de camuflaje creado por Boxsal para pasar inadvertida en el ascensor. Ved todo lo que cabe.
La verdad es que hacer de la comida un momento tan personal y lúdico hace que el día de trabajo adquiera nuevos y atractivos alicientes. Recuerda que Madrid está llena de parques y jardines. Encuentra tu parcela!
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Otra buena idea culinario-empresarial :)
ResponderEliminarhttp://blogs.elpais.com/el-comidista/2010/09/un-libro-de-cocina-convertido-en-tienda.html