lunes, 1 de junio de 2009

Empresas con propósito. Mito o realidad




Hace un mes asistimos a una mesa redonda en la EOI (Escuela de Organización Industrial) sobre la empresa abierta con la asistencia de Julen Iturbe Ormaetxe y Genis Roca.

En el compartir de la sesión alguien comentó "hay que innovar para competir”. Julen Iturbe desarrolla en su blog una reacción argumental sobre esa afirmación que transcribimos por entender que es un interesante punto de vista.

"Competir, competir, competir: la razón que mueve todo el engranaje. Ambición, lucro, dinero, éxito, estatus, reconocimiento. Lucha.

Pero hay otros motivos más poderosos: innovar para colaborar, innovar para compartir, innovar en beneficio del procomún. La mayor parte de las empresas se reconocen en territorio belicoso. No hay alternativa: o comes o te comen. Sucede pocas veces que las empresas colaboren para que la tarta sea más grande. Lo habitual es competir porque tu pedazo sea mayor que el del vecino. Es ley de vida, es la ley de la jungla. Todo parece territorio enemigo.

En Obea manejamos mucho la teoría de la autodeterminación de Ryan y Deci. Tiene que ver con la inmanencia que tanto cita Maite Darceles en su libro Guías para la transformación y con el sentido del trabajo que explica Kenneth W. Thomas en La motivación intrínseca en el trabajo. También, por supuesto, con la idea de sensemaking que maneja Karl Weick. De lo que estamos hablando es del sentido de propósito, lo que Richard Leider llama The Power Of Purpose. Algo sobre lo que David Sánchez Bote da vueltas y más vueltas, ¿no? Es una de las hipótesis que manejamos en nuestro grupo de investigación: la empresa con propósito necesita estándares abiertos.

Porque innovar a troche y moche ¿está bien? Pero, ¿para qué? Basarla en motivación “que sale de dentro” es importante porque aguanta mejor el paso del tiempo. Cada día que pasa es más evidente que hay un gran espacio para otra forma de organizarnos en busca de objetivos que merezcan la pena. Cuando Endesa me dice que piensa en los hijos de mis hijos juega a ocupar ese espacio. Pero el valor que sabe que debe entregar a sus accionistas distorsiona todo el juego.

Por eso la innovación social tiene un hermoso espacio. ¿Es un hecho económico?, ¿compite con la innovación empresarial? Probablemente tenga sus roces con ella, derivados del afán de lucro de la empresa privada, allá donde la vista se nubla con el crecimiento y la riqueza. De ahí la reivindicación de otra forma de hacer empresa, de hacerlo de forma abierta en busca de otros propósitos. En busca de lo que sale de dentro. Colaborar, cooperar. Luego vendrán los negocios… si tienen que venir".


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