Ayer estuvimos en la entrega de premios de las colecciones Alandar y Ala Delta de Edelvives. Disfrutamos muchísimo del espacio inmejorable: El Museo del Traje de Madrid y de la teatralización que una compañía de actores realizó de las dos novelas premiadas.
"Tuerto, maldito y enamorado" de Rosa Huertas nos transporta al Siglo de Oro español, a un mundo de fasntasmas dejados atrás por los versos de Lope de Vega. "Una vaca, dos niños y trescientos ruiseñores" de Ignacio Sanz nos hizo viajar en el barco Tierra de Fuego, de Chile a España, junto con Vicente Huidobro y su familia.
Los vapores del trasatlántico, el canto de los ruiseñores o el roce del jubón del fantasma al caminar son percibidos de una manera nueva por el lector, que ayer se convirtió en espectador y testigo de la carnalidad de personajes normalmente etéreos y espumosos.
Estamos convencidos de que la convivencia de disciplinas culturales enriquece los mensajes. Trabajemos en esa dirección.
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