Todas las mañanas recibimos en el correo electrónico un pensamiento inspirado de Simon Sinek, el lúcido experto en liderazgo que nos ha recordado la importancia de la pregunta "por qué". Esta mañana su mensaje me ha dejado un poco confundida, dice así:
"La energía estimula pero sólo el carisma inspira. El carisma exige lealtad. La energía no. Los grandes líderes poseen carisma. Los malos tienen energía."
Naturalmente, lo que me apetece es preguntarle ¿y por qué? pues sinceramente no me queda nada claro lo que ha querido decir.
Para mí un buen líder es un ser auténtico, en primer lugar. Y la energía para ello es necesaria. Energía para explorarse a sí mismo, conectar con la verdad interior y ayudar a otros a hacer lo mismo.
Y hablando de energía, la esencia de la vida, me viene a la cabeza la historia de un ser humano brillante e incomprendido. Se trata de Nikola Tesla. Un gran inventor que un aunque fue el precursor de la corriente eléctrica alterna, su vida fue una lucha contracorriente.
Como muestra, esta joya: Tesla pensaba que la energía que necesitaba el mundo se podía obtener de la naturaleza sin tener que agredir por ello a la misma naturaleza. Quizá por eso no le hicieron mucho caso.
En los manuales de liderazgo e innovación se habla siempre de Edison. Él se hizo famoso ¿tenía carisma? y Tesla no ¿tenía sólo energía?
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