Fallar forma parte del proceso de aprendizaje. Si juzgas mal el error tuyo o ajeno, te estás cerrando las puertas a la experiencia, a seguir creciendo.
Y algo aparentemente tan sencillo no se entiende bien cuando te toca cerca. Por ejemplo, si sabes que tu abogado se equivocó en su último juicio lo más probable es que te cambies de asesor jurídico.
Todos, absolutamente todos, cometemos errores casi de forma continua ... ¿por qué entonces somos tan poco comprensivos cuando nos afecta directamente?
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