Este año hemos visto varias películas de vampiros. Al pensar sobre ellas vemos que son un buen ejemplo para hablar de creatividad e innovación.
Lo normal es repetir fórmulas que funcionen a pesar de no aportar nada nuevo al espectador, salvo tal vez a unas miles de adoslescentes con las hormonas circulando por donde no deben. Lo anormal es arriesgarse con un enfoque diferente en el que el riesgo a no gustar esté presente, pero conviviendo con un sentimiento maravilloso, el sentimiento de ser pionero en algo.
Mientras la saga "Crepúsculo" se convertía en un producto rutinario que nos sabemos de memoria, aparecía en las pantallas una película sueca que era precisamente lo contrario: original y extraordinariamente sugerente. Estamos hablando de "Déjame Entrar".
Aquí abajo veis al pobre Oskar preguntándose por qué él, siendo un buen muchacho, tiene ganas de matar.
"Déjame entrar" tuve la suerte de verla el año pasado y me impactó.
ResponderEliminarReconozco que me gustan las dos pelis aunque no tengan que ver mucho la una con la otra en lo que a visión se refiere. ¿Será que me gustan demasiado los vampiros?
En cualquier caso Dejame entrar es de las pocas películas que a día de hoy cuentan algo nuevo y de una forma totalmente novedosa.
Enhorabuena por el blog!
Gracias por tus palabras.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, "Twilight" no es mala ... pero "Déjame Entrar" es diferente. Y cuando ves algo nuevo y diferente las emociones afloran.