Durante el Renacimiento Florencia se convirtió en una de las más prósperas de Europa, seguramente porque tuvieron la oportunidad de concentrar una importante actividad artística, científica y de atracción de talentos. A Florencia acudían artistas y científicos de toda Europa, buscando experiencias inspiradoras, compartir espacios y nuevas ideas.
Pero ¿qué encontraban en Florencia que no pudieran encontrar en otra ciudad? Pues dicen que lo que buscamos son ambientes en los que poder compartir, colaborar y co-crear, ambientes en los que haya mil y un proyectos que construir y espacios en los que inspirarse, huyendo de entornos donde se sigue haciendo lo de siempre, porque así es como dejamos libre nuestra creatividad y las ideas florecen con más facilidad.
Gijón siempre ha sido una ciudad abierta, llena de energía y de actividad: cultural, empresarial, asociativa, etc. Y por eso ha sido nombrada ciudad creativa. En Gijón se mezcla la cultura cinéfila con la del surf, las sidras inspiradoras al borde el Cantábrico y los paseos por San Lorenzo, las quedadas en la "escalerona" y las interminables conversaciones debajo del Elogio del Horizonte. Nos alegra saber que en las ciudades del siglo XXI se comience a apostar más por la creatividad, por reinventarse para convertirse en inspiración de ideas geniales.