- ¡Ya lo sé!- Dijo uno de ellos- ¡Palpémoslo!
- Buena idea- dijeron los demás- ahora sabremos cómo es un elefante.
El primero palpó una de las grandes orejas del elefante. La tocaba lentamente hacia adelante y hacia atrás.
- ¡El elefante es como un gran abanico!- Gritó el primer hombre.
El segundo tanteó las patas del elefante y exclamó: ¡Es como un árbol!
-Ambos estáis equivocados- dijo el tercer hombre, que había examinado la cola- ¡El elefante es como una soga!
Justamente entonces el cuarto hombre que examinaba los finos colmillos, habló:
-El elefante es como una lanza-
-No, no- gritó el quinto hombre- ¡El elefante es como un alto muro!- había palpado el costado del elefante.
El sexto hombre tenía cogida la trompa.
-¡Estais todos equivocados! El elefante es como una serpiente-
-No, como una soga-Repitió el tercer hombre.
Los sabios se enzarzaron en una interminable discusión, enfadándose entre ellos.
Esta historia siempre me provoca una sonrisa. Intentamos, sin cesar, imponer nuestra visión de las cosas al resto, sin tener en cuenta que muchas veces ¡la unión hace la fuerza! y que las diferentes perspectivas de una misma cosa nos pueden ayudar a verla de manera global. Los sabios, aunque parcialmente en lo cierto, estaban todos equivocados. ¡No existen las únicas verdades!
Compartamos y colaboremos. ¡Alimentémonos de las ideas del equipo para crear juntos! Cocreemos al elefante entre todos para construir realidades distintas.
Qué curiosa historia, me ha encantado, y creo que será de esas cosas que incorporaré a mi equipaje emocional para mejorar mi trato con las personas que me rodean :D
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