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Un día Paul Mcartney se despertó y tuvo que correr al piano. Fue el día en el que compuso la canción Yesterday, una de las canciones más versionadas de la historia de la música popular. Estaba tan impresionado con la claridad de su nueva idea, de esa melodía que sonaba en su cabeza, que pensó que ya la había escuchado antes, que la había plagiado.

“Durante cerca de un mes fui a ver a gente del negocio de la música, preguntándoles si conocían la melodía. Fue como si hubiera encontrado algo que debía entregar a la policía. Pensé que si en unas semanas nadie la reclamaba entonces sería mía.”

Como Yesterday, también la tabla periódica, la transmisión química de los impulsos nerviosos o la estructura del anillo de benceno, todas ellas fueron “soñadas” por sus creadores. Todos crearon mientras dormían.

Muchas investigaciones han llegado a demostrar que el sueño mejora la capacidad de resolver problemas y de generación de ideas de forma imaginativa. Los investigadores afirman que es en la fase REM en la que se producen nuevas conexiones, asociaciones que antes no estaban en el cerebro. Cuando dormimos nuestro cerebro continúa trabajando, e incluso aumenta su actividad.

¿No os ocurre a vosotros que cuando estamos relajados se nos ocurren más cosas? En los sueños sucede lo mismo.

¡Busquemos más momentos de genialidad!

Como afirmó Kekulé (el creador de la estructura del anillo de benceno) “Aprendamos a dormir y entonces quizás encontraremos la verdad”.